En un contexto de crecientes tensiones económicas y sociales, los debates sobre el futuro del salario mínimo han reavivado preocupaciones en el país.
Las declaraciones del ministro de Industria y Comercio, Javier Giménez, planteando la eliminación de este derecho laboral para supuestamente atraer más inversiones, generaron una ola de críticas y dudas sobre las prioridades gubernamentales en materia de políticas públicas.
La raíz del problema: ¿reformas o imposiciones?
Para Bernardo Rojas, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores Auténtica (CUT-A), este tipo de propuestas no surgen de un análisis local, sino de “órdenes” indirectas del Fondo Monetario Internacional (FMI). Según Rojas, el FMI suele condicionar créditos con recomendaciones que, en la práctica, se convierten en mandatos, como la eliminación del salario mínimo, los contratos colectivos y la sindicalización.
“El salario mínimo es uno de los temas más sensibles para los trabajadores y tocarlo en este contexto es una verdadera provocación”, expresó Rojas. Además, calificó como una “barbaridad” las afirmaciones de Giménez, sugiriendo que el ministro desconoce el impacto real de sus palabras y cómo estas pueden afectar a millones de trabajadores que dependen de este ingreso básico.
Una lucha contra la desigualdad
El salario mínimo actual, de G. 2.798.309, ya es insuficiente para cubrir el aumento constante de la canasta básica familiar, que sube mensualmente entre G. 150.000 y G. 200.000 debido a la inflación. Rojas señaló que los recientes reajustes salariales, que oscilan entre G. 70.000 y G. 80.000, apenas son un paliativo frente a esta realidad económica.
“Planteamos la creación de una mesa tripartita para discutir el salario, los costos y el empleo, pero en lugar de buscar soluciones conjuntas, ahora nos enfrentamos a propuestas que solo buscan profundizar la desigualdad”, subrayó Rojas.
“El salario mínimo no se toca”
Tras la controversia, el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social (Mtess) emitió un comunicado desmintiendo cualquier intención de eliminar el salario mínimo. La cartera laboral aseguró que este derecho está protegido por el artículo 92 de la Constitución Nacional, que garantiza una remuneración justa y digna para los trabajadores.
Sin embargo, las declaraciones de Giménez no pasaron desapercibidas. Desde el sector sindical y social, se teme que este tipo de propuestas generen incertidumbre y abran la puerta a políticas que beneficien más a los intereses empresariales que a las necesidades de la clase trabajadora.
¿Hacia dónde vamos?
El debate sobre el salario mínimo va más allá de cifras: se trata de la dignidad de los trabajadores y de garantizar un nivel de vida que permita cubrir necesidades básicas. La idea de eliminar este derecho no solo profundiza la brecha entre los sectores más vulnerables y los privilegiados, sino que también amenaza con desestabilizar la paz social en un país donde la desigualdad económica ya es una problemática alarmante.
Fonte: Paraguay.com