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terça-feira, 24 de setembro, 2024
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Desigualdad y pobreza: La realidad de la juventud paraguaya en zonas rurales

En Paraguay, los jóvenes representan un sector crucial de la población, con 1.492.367 personas entre los 15 y 29 años, según los datos más recientes de la Encuesta Permanente de Hogares Continua (EPHC) 2023, del Instituto Nacional de Estadística (INE).

No obstante, detrás de estos números, emerge una alarmante realidad, una significativa porción de esta juventud enfrenta la pobreza y marcadas brechas de desigualdad, especialmente entre quienes viven en áreas urbanas y rurales.

Brechas entre lo urbano y rural

De los jóvenes paraguayos, el 35,9% vive en zonas rurales, donde la pobreza y la desigualdad se manifiestan con mayor severidad. Aunque 6 de cada 10 jóvenes participan en actividades económicas, el 20,2% de esta población está en situación de pobreza, siendo las áreas rurales las más afectadas. Las oportunidades laborales para estos jóvenes suelen ser precarias, con bajos salarios y empleos informales que no les permiten escapar del ciclo de pobreza.

La falta de acceso a recursos, servicios y oportunidades es especialmente grave para los jóvenes en zonas rurales, lo que refleja una desigualdad estructural que limita su desarrollo personal y profesional. Mientras en las ciudades el acceso a educación y salud es más alto, las zonas rurales se ven rezagadas, perpetuando las condiciones de pobreza.

Educación: un reto pendiente

La educación es otro de los grandes desafíos para la juventud paraguaya. Aunque más de la mitad de los jóvenes entre 15 y 24 años asisten a una institución de enseñanza formal, la tasa de asistencia es considerablemente más alta en las ciudades que en las áreas rurales. Esta disparidad impide que muchos jóvenes rurales accedan a una educación de calidad, limitando sus posibilidades de mejorar su situación económica en el futuro.

La falta de infraestructura educativa adecuada, la distancia a los centros de enseñanza y las condiciones de pobreza hacen que muchos jóvenes rurales deban abandonar sus estudios para trabajar y contribuir económicamente en sus hogares. Este círculo vicioso dificulta que estos jóvenes tengan acceso a mejores empleos o a una educación superior que les permita romper el ciclo de pobreza.

Salud: una protección limitada

La salud es otro ámbito donde las desigualdades son palpables. Solo el 23,1% de los jóvenes paraguayos cuenta con algún tipo de seguro médico, y aquí también la brecha entre lo urbano y lo rural es significativa. En las áreas rurales, el acceso a servicios médicos es limitado, con menos recursos, infraestructura y profesionales de la salud disponibles. La falta de cobertura médica expone a estos jóvenes a mayores riesgos y dificultades para acceder a tratamientos o intervenciones tempranas.

La falta de seguro médico, sumada a las malas condiciones laborales, puede generar un círculo de pobreza y deterioro en la calidad de vida, donde los jóvenes no solo enfrentan dificultades económicas, sino también limitaciones para atender su salud de manera oportuna.

Oportunidades y desafíos futuros

A pesar de los desafíos que enfrentan, los jóvenes paraguayos son un motor potencial para el desarrollo del país. Sin embargo, si las desigualdades estructurales no se abordan, el impacto de la pobreza, la falta de educación y el limitado acceso a la salud seguirán siendo barreras significativas para el progreso personal y colectivo.

Paraguay.com